¿Quién soy yo?
Esta es una interesante pregunta que no siempre es sencillo responder. Los humanos somos tan complejos que en ocasiones es difícil definirse. Pero quizás es más sencillo discriminar con qué nos sentimos identificados y con qué no. O cuándo sientes que estás siendo más auténticamente tú y cuándo no…
A medida que nos alejamos de lo que somos vivimos una incoherencia y un conflicto interno que crea malestar. Y, al contrario, cuando nos acercamos a pensar, sentir o actuar de una forma coherente con quiénes somos sentimos tranquilidad.
Encontrar la coherencia interna para sentirse una misma, a veces es un proceso de descubrimiento, de creación, de ensayo-error, de ir probando cómo estar en la vida de una forma más espontánea.
Conocer quién eres a veces pasa por empezar a discriminar lo que no eres:
-Los condicionamientos del pasado.
-Los roles infantiles dentro de la familia.
-Las cargas que no te corresponden.
-Los miedos.
-Las responsabilidades ajenas.
-Las miradas que no te ofrecieron lo que te merecías porque no pudieron.
– Las pérdidas.
Es posible que algunas de estas cosas las hayas vivido tú. Pero esto NO ERES TÚ.
Quizás ha condicionado la imagen de ti misma, tu sentido de identidad, la forma en la que te relacionas contigo, con los demás, o con el mundo. PERO TODO ESTO NO ERES TÚ.
Algunas personas, a lo largo de su historia han vivido situaciones en las que había una amenaza de daño, abandono o rechazo. Y por supervivencia, han buscado el cariño del otro o la protección, a veces al precio de dejar de ser ellas mismas de una forma auténtica.
Normalmente el pasado ejerce una gran influencia sobre el presente, y es común quedarse anclado en la imagen o identidad que nos crearon las vivencias de aquel momento.
Entonces se disponía de unos recursos para afrontar las vivencias, que casi con toda seguridad, son diferentes a los recursos con los que se cuenta hoy. Porque se ha crecido, evolucionado y madurado. Y todo este tiempo no ha pasado en vano.
Ya no eres esa persona. Eres esa persona con recursos evolucionados. Y es importante que pongas tus capacidades a tu disposición y que confíes en ella y en ti: en la versión actualizada de quién eres hoy.
Sabrás que estás empezando a lograrlo cuando:
- Te des reconocimiento y una mirada de cariño hacia ti misma.
- Te valores por quien eres de una forma justa.
- Confíes en quien eres.
- Disfrutes de ti, que sin duda te llevará a disfrutar de los demás y de lo que hagas.
- Actives tu alegría interna y tus proyectos vitales.
- Discrimines cómo quieres ser querida y cómo no.
- Elijas quién quieres que permanezca en tu vida y quién no.
- Tomes decisiones en función de tus deseos y no de tus miedos.
Y todo esto es importante porque te mereces disfrutar de quien eres.
Poner la mirada en lo que te importa de la vida y caminar en esa dirección. Sin que el miedo del pasado, la inseguridad y la desconfianza frenen tus pasos.
Te mereces vivir una vida con sentido. El sentido que tú le des.
Una vida en la que cada vez sientas más cariño por ti y menos miedo.
Y comprobarás que es una alegría poder SER simplemente TÚ.